Una nueva y elegante dictadura: el imperialismo de la imagen

bmowi4lfp (1)En muchos de mis artículos me he dedicado a analizar nuestra sociedad y cómo hemos llegado a la situación actual. El objetivo principal de todos ellos ha sido mostrar una realidad escondida que a veces, aunque nos la quieran ocultar, no puede evitar salir a la luz. Uno de mis intereses es visibilizarlo, principalmente para generar debate, reflexión y replantearnos cómo mejorarnos a nosotrxs mismxs y a nuestro entorno. De hecho, debatir, reflexionar, movilizarse, ser activista insumiso e inconformista es el primer paso para mejorar nuestra sociedad.

En este nuevo artículo, vengo de nuevo a mostrar una realidad discriminatoria. Curiosamente, esta discriminación es transversal a todas las clasificaciones de la sociedad más allá de etnias, clases, orientaciones sexuales, identidades de género… Esta imposición, no es precisamente nueva y desconocida. Estamos hablando de la dictadura de la imagen, especialmente de la dictadura de la eterna juventud, de la esclavitud de la belleza, de una lucha impuesta contra el paso del tiempo. Una facción de esta discriminación es el edaísmo (o discriminación por edad). Todo aquello que se aleje de la imagen de cuerpos jóvenes, heteronormativos y pieles tersas es discriminado. Todo lo que indique el paso del tiempo, es rechazado. De nuevo, podemos reflexionar sobre una dualidad impuesta, jóvenes vs. viejxs, tersura vs. arrugas, la imposición de lo que es o debe ser atractivo vs. el amor hacia nuestros cuerpos tal y como son sin importar lo que digan lxs demás, delgadez vs. gordura.

tinEs por ello que el edaísmo está, entre otras cosas, tan relacionado con la gordofobia, pero también con otras fobias como la decafobia (fobia a la diversidad funcional), etc. Los cánones de perfección de cómo debe ser un ‘hombre’  y cómo debe ser una ‘mujer’, nos reprimen día a día intentando que nos sintamos mal con nosotrxs misxs, favoreciendo el consumo capitalista para llegar a ser quien se nos dice que debemos ser. De entre las imposiciones heterosexistas normativas, encontramos la necesidad de ser heterosexual, de piel blanca, joven… ¿Por qué debemos aceptar y asumir que otros cuerpos imperfectos no nos pueden resultar atractivos? ¿Por qué ser sumisxs ante la represión a la que nos vemos sometidxs cuando se nos dice que nunca seremos atractivxs por no ser delgadxs o jóvenes? ¿Acaso no es cada individuo que forma la sociedad imperfecto? ¿Acaso existen personas que en verdad son perfectas?

Si bien es cierto que hay muchas clases de diversidad en la sociedad, una de estas, es la diversidad corporal. Cuerpos altos, bajos, gordos, delgados, grandes, pequeños, corpulentos, ancianos, jóvenes, con o sin diversidad funcional… No importa tener un cuerpo imperfecto, de hecho es lo más natural porque todxs somos imperfectxs en lo superficial y en lo profundo. Lo tristemente deleznable es imponer, y más allá de la imposición, qué es lo que debería atraerte y quién deberías ser tú. ¿Quién es nadie para decirnos quién y cómo debemos ser? ¿Quién es nadie para decirnos si somos más o menos atractivos para la sociedad? ¿Acaso no podemos ser felices rechazando todo estímulo negativo impositivo? ¿Por qué al igual que en mi artículo de la castración del ano, nos es incómodo ver un ano, también nos es incómodo ver a alguien viejx y/o gordx desnudx? ¿Por qué nos resulta incómodo o incluso desagradable pensar en dos personas ancianas, que no hacen daño a nadie, manteniendo relaciones sexuales? ¿Seremos nosotrxs quienes les impidamos hacer lo que quieran hacer por ‘antiestético’ o por qué choque con nuestros esquemas mentales?tin

Incluso se les asexualiza en el peor de los sentidos, en el que se les invisibiliza su sexualidad, incluso la dictadura de la imagen fuerza a que sus cuerpos no sean deseables sexualmente por lxs demás. Todo lo que va en contra de la diversidad corporal y el amor hacia tu cuerpo sin tabúes ni vergüenzas, va fuertemente unido a la imposición de la atracción y en contra de una diversidad atractiva. Mientras que ‘gracias’ a los prejuicios y estereotipos, cuando se piensa en una persona gay o lesbiana se piensa en un ‘marica con pluma’ o en una ‘camionera/bollera malota’, también existe la comunidad oso y su disidencia afectivo-sexual rompiendo los dictados de la sociedad, como dije en mi artículo sobre la comunidad oso.

Tampoco debemos olvidar que cuando pensamos en la tercera edad, no dejamos de presuponer la heterosexualidad de lxs ancianxs, como si ser LGTB+ con el tiempo se fuese perdiendo. Tristemente, en muchas ocasiones, por mucho que hayan sido visibles, activistas y luchadores, al llegar a la tercera edad, muchas personas LGTB+ se encierran en el armario ¡¡Y ESO ES ALGO IMPERMISIBLE!! Por suerte, y aunque quede muchísimo por hacer, la Fundación 26 de Diciembre se ha puesto manos a la obra para reivindicar las identidades no heterocisnormativas en la tercera edad, defendiendo a quienes creían haber perdido su voz. Es una lucha tan necesaria y tan poco escuchada… Por ellxs también debemos dejarnos la piel para que no sufran una LGTB+fobia que la sociedad también parece dirigir únicamente a la juventud. La LGTB+fobia nos afecta a toda la diversidad por igual, y debemos luchar contra ella en cualquiera de sus formas y a cualquier edad.

La reivindicación de la sexualidad y la belleza de los cuerpos diversos en edad, formas, características… es la reivindicación del respeto a cualquier persona de nuestra sociedad y a nosotrxs mismxs. Es lo que somos. Es lo que no somos. Es lo que son y dejan de ser lxs demás. Y por encima de todo: EL RESPETO.

La vida está hecha para vivirla y es mi decisión ser feliz con mi cuerpo
STOP represiones edaístas
STOP represiones gordofóbicas o discafóbicas

Con la inestimable
colaboración de Fidel Insúa

3 pensamientos en “Una nueva y elegante dictadura: el imperialismo de la imagen

  1. Como no tengo mucho tiempo, simplemente quería recomendar para los lectores del blog que no lo conozcan, el libro «Estigma» de Erving Goffman, que aborda las raíces y las implicaciones de la estigmatización social de los «anormales» (es decir, de todo aquel que no es varón de clase media o alta, blanco, heterosexual, adulto pero no viejo, etc.), que creo que encaja perfectamente con el artículo.

    Saludos,
    @pcp1990

  2. Creo que tenemos aquí a una reflexión interesante. Vivir en una sociedad donde todo tiene que ser «ya» hace que no le permitamos cambiar a nuestro cuerpo con el paso del tiempo, todo debe estar como en ese instante en el que nos miramos y nos dijimos, estamos bien.
    Sólo nosotros mismos individualmente podremos cambiar esto poco a poco e ir por un camino más «sano».

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