Tal y como propongo en el título, «De Sodoma a Chueca» de Alberto Mira, es un libro que hay que leer. Algunos se preguntarán… «¿Y él se lleva comisión o algo por anunciarlo?» Nada más lejos de la realidad. Soy simplemente una persona que entiende que este tema es interesante y puede resultar polémico. Me he leído y he comprendido, que para ser un activista de los derechos de las personas, pero más concretamente de los derechos LGBTTTI, hay que tener un conocimiento de nuestra cultura. Hay que tener conocimiento de cómo evolucionó, a qué se enfrentó, cómo aún continúa luchando y cuáles son los retos en nuestra actual sociedad.
Hemos de ser conscientes de que muchas barreras se han ablandado, pero no nos confiemos. Basta la educación de un niño o un joven en el odio para que odie toda su vida. Debemos incidir en la educación para la integración. Debemos recordar que también se pueden eliminar las barreras de la diversidad sexual. Pero no nos desviemos. El libro «De Sodoma a Chueca» tal y como me dijeron, debería tratarse como un libro de consulta, pues consta de 630 páginas de historia pura y dura. Resulta tremendamente interesante, y es un análisis del movimiento LGBT desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. El libro se centra principalmente en España, pero también menciona influencias extranjeras que afectaron al movimiento. En este libro se encuentran personalidades relevantes como escritores, cineastas, artistas, políticos… Muchas personas de influencia, que para la integración o para la discriminación, han sido importantes. Algunos ejemplos son: Oscar Wilde, García Lorca, Aleixandre, Luis Cernuda, Pío Baroja, Genet, Terenci Moix, Pedro Almodóvar, Alaska…
Como dice en el libro, «Este trabajo ha sido posible gracias a una beca de las Arts&Humanities Research Board de Gran Bretaña». Si de algo puedo estar seguro, es que he aprendido mucho a través de la homofobia directa de hace un siglo, o de la sutil homofobia de un «Te acepto, pero…». Es un libro que recomiendo a todos los niveles, porque es la historia que merece ser relatada y escuchada. Aun así, también he de recalcar que en mi opinión, tiene algunos fallos. Nada puede ser perfecto ¿no? Entendiendo que todo este artículo, es subjetivo ya que lo narro como opinión propia, también diré que en ocasiones es algo «costoso de leer» por ser muy erudito para la persona que aborde el tema por primera vez. Tras su lectura, comprobé que tenía un gran desconocimiento de la materia. Me ha introducido de lleno en ella, pero en ocasiones puntuales aportaba más información de lo que podía asimilar.
El libro destaca las generaciones del 98 y del 27 como comprometidos con los debates de su actualidad, que abarcaban así mismo los temas de la modernización, y las influencias de la diversidad sexual que se gestaban en el corazón de la república. A lo largo de sus páginas podemos encontrar el análisis de los tres modelos sociológicos ante la aceptación de la homosexualidad propia frente a la sociedad. En el libro lo encontraremos explicado, pero aquí realizaremos una breve reseña. El primer modelo es el malditista o decadentista, en el que el individuo rechaza de forma directa a la sociedad por el rechazo de la sociedad hacia su persona. El modelo camp o la forma de frivolización de la sociedad, ridiculizando los estereotipos y riéndose de los modelos heterosexistas imperantes más propios del género masculino. Y el tercer y último modelo con el que me siento más identificado, el que se ha visibilizado en las últimas décadas, es el modelo homófilo o el método de integración de la diversidad sexual en la sociedad, buscando la igualdad plena de derechos.
Una parte a destacar, son los textos de la transición donde narra «la movida» madrileña y su reacción a la muerte de Franco. Esas líneas te producen el deseo de haber vivido aquella etapa de locura, donde se empezaron a crear las primeras organizaciones de lucha LGBTTTI. Es todo un contexto de música, de política, de cambio, pero también de concienciación pues comenzaba la lucha contra VIH y las prácticas sexuales de riesgo.
Quedo con una idea general y con el libro como «texto de consulta», pero vuelvo a recomendarlo, porque pocos libros están tan bien escritos y te llegan tan dentro. Es de los libros que desde el punto de vista de la investigación, defienden nuestros derechos y divulgan nuestra cultura. Es una de las formas, de entender que pertenecer a una minoría de la sociedad puede ser la clave de tu fortaleza y, siendo consciente de que no estás solo, ser capaz de luchar sin miedo por los derechos que te pertenecen.
La realidad escondida 
El mismo autor tiene publicado un diccionario LGBT titulado «Para Entendernos» que es, como referencia, muy interesante.
Muchas gracias por esta información que desconocía 🙂 Es un placer vuestras aportaciones que nos ayudan a todos 😀
Como sigamos teniendo a Alaska como referente gay lo llevamos claro….
Por otra parte resulta algo cuestionable que exista una cultura gay específica como se sugiere en el último párrafo. Los LGTB no somos un grupo heterogéneo y cada uno tenemos nuestro propio bagaje cultural.
En lo de Alaska, estoy de acuerdo, pero como figura representativa de «La movida» madrileña de la transición, pensé que debía ponerla.
Por otra parte, no he pretendido decir que seamos heterogéneos, pero si lees el libro, comprobarás que intenta abarcar todos los puntos pasados y actuales, a pesar de la dificultad de ello. Si pretendemos reunir toda la cultura desde el punto de vista de cada persona, sería imposible. El libro lo trata de una forma extraordinaria