Si hay algo problemático en nuestra sociedad, es la discriminación de cualquier tipo. Pero hay algo peor que la discriminación entre el que abusa y la víctima del abuso. Es peor la discriminación dentro de una minoría, que ya es discriminada, y aún peor ¡discriminarte a ti mismo!.
Hace relativamente poco, viajé a Toulouse. Recuerdo que personas cercanas a mi me advertían algo como: ten cuidado en Francia con eso del activismo, porque ahora que hay polémica con los derechos LGBT, a ver si te va a pasar algo. Recuerdo que yo mismo sentía mi propia «endohomofobia». Llamo «endohomofobia» a la discriminación que sale de uno mismo hacia sí mismo. El miedo a ser discriminado, golpeado, vejado… El miedo a ser libre, a amar con libertad, a proclamar que la homofobia no tiene cabida en ninguna parte del mundo. Sigue leyendo