Quisimos ser (super) héroes y actuamos como tal

Hoy no voy a poner imágenes, no solo por el énfasis que merece el texto, sino porque no hay imágenes adecuadas para un manifiesto así. Me he dado cuenta de que las secuelas que deja la LGTB+fobia en las personas (sobre todo desempoderadas, pero también en les demás) es devastador. Y no me refiero solo al propio desempoderamiento, la LGTB+fobia en nuestra sociedad es una condena al ostracismo, a la soledad, a la infelicidad, y próximamente, también será un delito con agravante de odio. Y si juntamos varias discriminaciones, esta repercusión no se suma sino que es exponencial. Esta semana, de hecho ayer mismo (02/03/17), comprobé hasta qué punto esto es así.

Cuando desde perspectivas QUEER hablamos de la transversalidad de las identidades, así como de la transversalidad de las discriminaciones, lo hacemos muy conscientemente. Nadie con o sin privilegios es más ni es menos que nadie con mismas o diferentes identidades. Buscamos esa igualdad de derechos, con derecho a la diferencia (pero igualdad de derecho, repito). Y en la transversalidad de las discriminaciones, deberíamos tratar de no comparar el sufrimiento producido por las discriminaciones. Esto, que desarrollaremos más profundamente, significa que no es cuestión de comparar si se sufre más por LGTB+fobia, por racismo o por machismo patriarcal. Sabemos que existen esas discriminaciones, entonces, erradiquémoslas. Y como he dicho, cuantas más discriminaciones se acumulan, no se suman, el sufrimiento tiene carácter exponencial. Por ejemplo, una mujer negra transexual. O un hombre homosexual con diversidad funcional. O una mujer mayor bisexual de género no binario. Y creo que es evidente que cuanto más desempoderada está la persona, más tenderá a actitudes negativas, depresiones, infelicidades, dependencias y chantajes emocionales. Como digo, yo lo comprobé ayer mismo.

No digo que todos los ‘factores’ se vayan a dar a la vez pero hay más probabilidad de caer en esas actitudes. Yo me metí a activista LGTB+ porque quería aliviar sufrimientos y fomentar felicidades, erradicar miedos y odios para convertirlos en Orgullo y Pasión, para convertirlos en VIDA. Yo me metí a activista porque quería salvar el mundo, y después de cuatro años de activismo, quizá puede que haya caído en un error. Sin duda, hay que pensar como si realmente pudieses salvar el mundo del terrorismo LGTB+fóbico. Sin embargo, no debemos olvidar que somos humanos y que estamos limitades por nuestras propias capacidades. Para eso está la comunidad, y deberíamos involucrarnos en ella.

No quiero llamar al desempoderamiento ni a la inación. Es justo lo contrario que necesitamos. Necesitamos activismo, visibilidad, amor, compasión, comunidad, transgresión y reivindicaciones… Sin embargo, ayer estuve hablando con una persona de actitudes tan depresivas y negativas, que la situación se escapaba a mi control. A esto me refería. Podemos pensar como super héroes, pero no podemos actuar como tales si la situación requiere unos conocimientos y unas capacidades que no se tienen; si la situación se escapa a nuestro control. Para evitar actuar como superhéroes, tenemos que apoyarnos en les demás, tenemos que ser una red fuerte de empoderamiento propio y ajeno. Y si la LGTB+fobia, o cualquier otro tipo de discriminación ya ha hecho mella o ha destruido parcial o totalmente a la persona a la que estás intentando ayudar, pedir ayuda profesional podría ser justo lo acertado.

Sin duda yo seguiré en el activismo. Seguiré pensando en salvar el mundo. Seguiré sin ponerme barreras y superando las que me encuentre. Tendiendo una mano a quien la pida. Pero buscar ayuda profesional no es un error, y derivar a alguien a que busque ayuda profesional, tampoco lo es. Solo así, y en comunidad, podremos dar un paso hacia delante y salir de actitudes negativas y depresivas. Ayudémonos a que nos ayuden, hagamos un esfuerzo cada día por estar mejor, por salir, por conocer nueva gente, nuevas experiencias, por no caer en la amargura y en el resentimiento. Como suelo decir, nuestra sonrisa es nuestra mayor reivindicación en un mundo LGTB+fóbico. Sin duda, muchas veces en nuestra vida caeremos en la noche, pero no deberemos olvidar que tras la noche, siempre llega un espléndido amanecer.