Un activismo imperfecto: las invisibles luchas de poder

CHANGECuando hablamos de activismo… ¿Qué es lo que entendemos? Esa palabra posee, entre otras cosas, un amplio abanico de interpretaciones asociadas directas e indirectas. A mi entender, más allá de definiciones exactas, activismo es duro trabajo para alcanzar un fin, activismo es disconformidad, son ganas de cambiar una realidad o una parte de dicha realidad, activismo es formación e información, activismo es compromiso, activismo es específicamente movilizarse para realizar un cambio. Pero para ser más precisos, la definición de la RAE de activismo es: «dedicación intensa a una determinada línea de acción en la vida pública». Si reflexionamos sobre lo dicho, no podríamos decir con certeza si «activismo» se podría definir como una palabra más próxima a la realidad ‘izquierdista’ o a la ‘derechista’ (aunque suene absurdo y parezca que estemos creando una nueva dicotomía). También deberíamos tener en cuenta que depende únicamente de cada persona de forma individual de realizar un «buen activismo» o un «mal activismo». Ésto, entre otras cosas, no depende únicamente de la calidad del activismo sino de las razones por las que se realiza éste. Como escribo y reflexiono inevitablemente desde mi perspectiva, comentaré el caso específico del activismo LGTB+ que puede extrapolarse a otros activismos (como por ejemplo, el político). Sigue leyendo