Ese extraño dolor por los golpes de ese bate,
De esos repulsivos nazis que me pegaron en la calle,
Por una identidad que no pueden clasificar,
Que no puede concebir por falta de normatividad.
¿Acaso tienen miedo de perder su identidad?
Las ratas endemoniadas nunca atacan de frente
ni por separado, de un navajazo no se abre una mente,
Pero asustadas están de tener que repensarse,
De ser insumisos frente a un líder que habla de sí como si de Dios se tratase.
Ahora y siempre, puedo decir que yo no tengo miedo,
La violencia no me representa ni la acepto con sosiego,
Si soy activista es para forjar un mundo mejor,
Aunque haga falta luchar con mi sangre y de mi frente, mi sudor.
Que si gays, lesbianas, bisexuales o transexuales,
Nuestra identidad nos hace fuertes viviendo como iguales,
Su mediocridad del odio y la vergüenza no puede derrotarnos,
Precisamente porque en comunidad, de la mano caminamos.
Y aunque a veces duela esta sociedad discriminatoria,
Conseguiremos avanzar por una vía u otra.
Nuestra lucha nos hará libres y fuertes,
Estás invitada a que de la normatividad social despiertes.
Esa normatividad, no deja de ser un cinturón de represión,
Para encajar en roles prefijados que suponen aceptación,
Y ese es el dilema, perder tu identidad o ser discriminado,
Me niego a aceptarlo, podemos ahora hacer el cambio.
Un cambio que vire a la izquierda y respete la diversidad,
Para que por fin, vivamos todos en igualdad.